Casi 3.000 personas murieron en los ataques, en los que cuatro aviones secuestrados por integrantes de la organización extremista islámica al-Qaeda fueron utilizados como armas de enorme poder de destrucción.
Los primeros dos aviones hicieron blanco en las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York y el tercero en la sede del Pentágono en Washington. Una cuarta aeronave se estrelló en un campo en Pensilvania.
Todos los que viajaban abordo de los aviones fallecieron al instante, pero muchos más murieron en tierra, aplastados por los edificios derrumbados.
Las iglesias doblaron sus campanas por los fallecidos a las 08:46 hora local, recordando el momento en que fue golpeado el primer edificio.
También coincidiendo con el aniversario, salió a la luz pública un mensaje del líder de al-Qaeda, Osama Bin Laden, en el que alaba a uno de los secuestradores.
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